viernes, 25 de marzo de 2011

Sección: Frases sobre frases por Luis D. Bareño.

"No podemos emplear mejor nuestros ocios que en familiarizarnos con las glorias del pasado y el espectáculo de la fatalidad en que todo sucumbe.”[1]

 Así abre la novena de doce conferencias transmitidas por radio en la Universidad de Basilea, a mediados del siglo pasado, por el filósofo y psiquiatra alemán Karl Jaspers.

 La realidad más esencial es pues, para el humano, la historia de la humanidad. El horizonte del pasado se nos abre, de par en par, en cuanto echamos una consulta a todo lo sucedido anteriormente como actos humanos o inhumanos, pero hechos por humanos. Jaspers nos invita a una reconsideración desde la mirada de lo acontecido, arrancarnos del presente autoconsumido velozmente, asomar la cabeza de la meseta de este presente tan achatado para percatarnos de lo más elevado que hemos podido traer al mundo, de las altísimas realizaciones de nuestros ocios creadores, de las hoy tan olvidadas construcciones imperecederas, obras y costumbres... nuestras hoy lejanas y tan ex-buenas costumbres.

 El espectáculo del devenir, el espectáculo del ser aquí y el espectáculo del derruir, todo se entrecruza en miradas, temblorosas por la esperanza de nuestra cultura. Todo se presentifica desde un pasado que ya fué y una lucha contemporánea por imponer lo que debe ser. Generaciones de existencias asociándose para cuajar sentido a su porvenir, devorando destellos de felicidad, procesando datos candidatos a ser arrumbados, acumulando textos sobre textos, megabytes sobre terabytes, polvo sobre polvo, todo lo va procesando el polvo del olvido.
 Existencias diminutas, casi celulares, queriendo hacer fechorías ante la ausente mirada de los dioses, hipermodernos Prometeos queriendo privatizar el fuego del alma, deseando robarse la eternidad para su gloria personal. Nuestro dichoso ir viviendo por senderos de humanidad nos olvida del significado de nuestra unidad, de nuestra naturaleza viva que también es muerte,  irremediablemente condenada a muerte; naturaleza que brota, florece y declina hacia la nada, en el espectáculo de la fatalidad en que todo, en cuanto humano, sucumbe.

  Y aún así, sin concebir direcciones, sigue dando pasos nuestra civilización, “nuestra vida avanza en medio de las luces que se cruzan entre el pasado y el presente.”[2]


[1] Jaspers Karl, La filosofía desde el punto de vista de la existencia, México, F.C.E., 2001, pág. 96.

[2] Jaspers, Loc. Cit.

Sobre la conversación: Calambur.

¡Hola! En esta conversación se trata el tema del juego de palabras. Escuchen, piensen y disfruten:


Calambur