domingo, 8 de enero de 2012

APETITOS CRONOLÓGICOS

Por: Luis Domínguez Bareño.

  Aborrezco las absurdas pretensiones interpretativas del psicoanálisis sobre el "Saturno devorando a sus hijos" del maestrazo Goya: la violencia, las pulsiones sexuales, la explanación del cuerpo mutilado con la carne viva y sangrante del hijo, todo eso hace una marasma psicologista difícil de soslayar al momento de enfrentarnos a la obra en su realidad más expresionista.  Pero hay forma de ahondar en el sentido menos inmediato de la pintura y, afortunadamente, la iconología moderna abre espacios de lucidez en la configuración hermenéutica de la obra de arte haciéndola más susceptible de recuperar parte de la idea, más allá de lo estrictamente evidente.

Paliando mitológicamente en los recovecos históricos del personaje, encontramos que para los griegos Cronos era el espiadado y tempestuoso, antecedente negativo del órden impuesto por los posteriores dioses olímpicos. Al contrario, para la cultura romana, Saturno "el tiempo" era un Dios más asequible, el cual identificaban con "el tiempo humano", es decir una representación mas cercana al órden de la repetición del tiempo cíclico.

Desde las "Lecciones sobre la conciencia interna del tiempo", escritas por Edmund Husserl en 1905, uno puede interpretar filosóficamente la obra goyiana en cuestión como un cronos devorador que no puede tener un tiempo cósmico definido. El tiempo que se devora a sí mismo a través de sus engendros no puede ser "fechizado" con ningún comienzo. Hay una imposibilidad cósmica implícita en su eternidad que nos señala la improbabilidad de dicha fechación correspondiente que pudiéramos poner al tiempo. Diría Husserl “el tiempo, su sentido, está activo a cada instante de devenir” y remata señalando que lo hace “desde la experiencia individual que está captando tiempo”; nosotros añadiriamos que esa "experiencia individual no sólo capta sino que devora tiempo". Si el tiempo cosmológico no tiene comienzo el tiempo experiencial sí: cada experiencia de tiempo es consumida en el torrente infechado del tiempo cosmológico. Los humanos somos esa experiencia de tiempo que conformamos cada último concepto del tiempo pues, cada tiempo humano es un tiempo nuevo. "La experiencia interna del tiempo ” es ese otra vez comenzar que viene al tiempo con cada nueva experiencialidad que tenemos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario